martes, 15 de febrero de 2011

¿Acción...Reacción?

La convivencia escolar desde hace tiempo se ha convertido en uno de los principales problemas que se pueden encontrar en los centros educativos, tanto alumnos como profesores se ven afectados por dicho problema ocasionando malestar y afectando de una manera significativa al proceso de enseñanza aprendizaje, siendo necesario, la necesidad de un modelo de convivencia que cree un ambiente pacífico, actualizando valores fundamentales como la dignidad, el respeto, la justicia y la solidaridad. Para ello es necesario hacer un análisis en profundidad de los conflictos, para elaborar planteamientos que nos aporten claves para entender los problemas y los conflictos de convivencia, para así, una vez detectado el problema se puede solucionar de una manera adecuada.
Durante los últimos años, se ha incrementado ese malestar en la convivencia escolar, donde la violencia y la convivencia escolar han generado inseguridad y miedo, tanto en docentes como alumnos. Hablamos sobre todo de comportamientos y actitudes inapropiadas, para los que el centro educativo parece no tener respuestas, o al menos hasta ahora, donde el principal problema que ha generado sus ineficaces soluciones es que son ineficaces ya que no modifica y resuelve los conflictos, y no existe un modelo donde incida en la relación entre víctima y agresor.

Frente a esta respuesta, se está abriendo paso a una nueva forma de abordar estos problemas de convivencia en los centros educativos, es decir, la Mediación.
¿Pero qué es la mediación? ¿Y de qué manera favorece la resolución de los conflictos?
La mediación es un proceso voluntario en el que se brindan las personas afectadas (tanto víctima como agresor), la oportunidad de reunirse con una tercera persona neutral (el mediador), para hablar de su problema e intentar llegar a un acuerdo entre las partes.

Los principales principios que podemos encontrar son:

- Es un acto cooperativo.
- Se basa en un proceso de resolución de conflictos.
- Es voluntario.
- Se preocupa por las necesidades de las partes.
- Es confidencial.
- Neutralidad.
- Y sobre todo, no es un modelo punitivo, tal como se está actuando hasta ahora.
La implantación de este modelo en los centros educativos supone unas de las medidas más importantes para abordar de una manera eficaz, inteligente, participativa los conflictos.
El conflicto como sabemos, es algo inevitable entre los seres humanos, pero debemos de analizarlo y proponerlos solucionarlo evitando sobre todo la sanción sin haber hecho una reflexión sobre lo ocurrido.

Uno de los puntos clases en los que se base la mediación es el diálogo, es decir, la forma en las que se comunican las partes implicadas, ya que todo el esfuerzo de los mediadores va a centrarse en conseguir una comunicación, donde se escuchen, respeten el turno de palabra, y no se ataquen como hasta ahora podían haber hecho.

A continuación se analizarán las principales características del proceso de Mediación.

El mediador, deberá poseer habilidades necesarias como:

-Escucha activa, los mediadores deberán de escuchar a los implicados, facilitando el servicio de las partes en su empeño a llegar a un acuerdo,
Orientando y facilitando la comunicación entre las partes.
-Interés: El mediador debe mostrar interés por el problema tras haber escuchado las versiones de los hechos, preocupándose por cómo se han sentido.
- Favorecer el diálogo resumiendo y reorganizando lo dicho por los participantes, tanto los sentimientos mostrados como los hechos ocurridos.
-El lugar elegido para la sesión de mediación debe ofrecer las garantías de privacidad y comodidad necesarias para desarrollar una conversación donde aparecerán sentimientos e información confidencial
-Promover expresiones cercanas a los afectados para conseguir seguridad y confianza.
- Estructurar muy bien cada fase del proceso llegando a los objetivos que plantea cada una de ellas.
-Y sobre todo, uno de los principales puntos es ponerse en el lugar del otro, para que intenten comprender la situación más allá de sus visiones individuales.

Una vez mostrado las habilidades y principios que debe poseer un medidor, es importante analizar el proceso de mediación que se caracteriza por poseer 5 fases importantes, donde se promueve el diálogo para la solución de los conflictos existentes.

Fase Previa: Es la fase previa a la mediación para crear unas condiciones propicias y adecuadas para el acto comunicativo. El mediador debe tomar en esta fase la información mínima acerca de los involucrados y sobre la naturaleza del conflicto, para poder decidir, junto con el solicitante, cuándo, dónde y quienes participarán en la sesión de mediación.
1ª Fase. PRESENTACIÓN Y REGLAS DEL JUEGO: Se hace una presentación de las personas que se han reunido (tanto los mediadores como los afectados), y sobre todo, la creación de un ambiente adecuado, estableciendo las normas del proceso de mediación.
2ª Fase. CUÉNTAME: cada participante cuenta su versión de lo que ha ocurrido, siendo una fase de desahogo.
3ª Fase. ACLARAR EL PROBLEMA: se hacen preguntas a las partes y los mediadores intentan identificar los conflictos. Intenta que cada uno se ponga en el lugar del otro, para que ellos mismos analicen como se debe sentir la otra persona afectada.
4ª Fase. PROPONER SOLUCIONES: Fase de búsqueda de las mejores soluciones o alternativas y la posterior evaluación
5ª Fase. LLEGAR A UN ACUERDO: Se elabora un acuerdo definitivo y consensuado donde se evalúa la puesta en marcha de lo acordado. Se pregunta a las partes del conflicto cuales creen que son las soluciones para su resolución. Intentan que lleguen a un acuerdo.
Los mediadores elaboran un acuerdo con las propuestas, el cual tienen que firmar las dos partes.
Frente al conflicto, sea cual sea su naturaleza, hay una multiplicidad de posibilidades de reacción, tanto a nivel individual como colectivo, dándose las siguientes actitudes, según se acepte, evite o niegue el conflicto.
• Superación: se reconoce su existencia y hay voluntad de superarlo.
• Ventaja: se reconoce su existencia y se procura sacar provecho del mismo.
• Negación: se evita reconocer su existencia.
• Evasión: se reconoce su existencia, pero sin deseos de enfrentarse a él.
• Acomodación: se reconoce su existencia, pero se opta por no darle respuesta alguna.
• Arrogancia: se reconoce su existencia, pero se asume que la otra parte debe ceder.
• Agresividad: se combate con una respuesta hostil, violenta y/o militar.

La elección de una u otra modalidad al inicio del conflicto y los cambios de posición o actitud posterior, determinarán el proceso del conflicto y sus posibilidades de gestión o transformación. Cuando hay un reconocimiento del mismo por las partes implicadas, siempre será más fácil entrar en una vía negociadora, mientras que la actitud elusiva da pie a que se produzca un agravamiento de las tensiones latentes y, con ello, una escalada del conflicto. La acomodación puede suponer un aplazamiento de las hostilidades, pero no una resolución de las mismas. La arrogancia y la actitud belicista, por supuesto, desprecian cualquier posibilidad inicial de llegar a un diálogo que conduzca a un cese de las hostilidades.


La mediación no es sólo un método que aborda los conflictos de una manera educativa y eficaz , sino que al insertarse como un elemento más del proceso de enseñanza-aprendizaje genera toda una actuación preventiva cuyas consecuencias más visibles son:
- Reducción del número de sanciones y expulsiones.
- Disminución del número de conflictos y, por tanto, del tiempo dedicado a resolverlos.
- Contribuye a mejorar las relaciones interpersonales.
- Aumenta la capacidad de resolución de conflictos de forma no violenta.
- Contribuye a desarrollar las capacidades de diálogo y a la mejora de las habilidades comunicativas.

En definitiva, la mediación tiene unas peculiaridades que la destacan como una herramienta muy potente en la resolución de los conflictos ; además su práctica, dentro del modelo integrado de mejora de la convivencia, conlleva unos valores y procedimientos que educan en la paz y consolidad una actuación profundamente democrática y participativa al propiciar que las partes implicadas en el conflicto busquen ellas mismas posibles soluciones potenciando como un elemento fundamental la comunicación.

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