Introduce la Historia con tus palabras
El autor de este texto en unos de sus viajes, conoció a Jorge, un niño de ocho años y medio de edad que tiene síndrome de Down, se trata de un niño sociable, inteligente, un poco testarudo y participativo, pero debido a “su enfermedad” no puede ir a un centro ordinario como el de su hermano. Este caso le sirvió al autor para darse cuenta que, lejos de ser un problema individual, el verdadero origen de todo ello encuentra en el contexto social y escolar, ya que está plagado de barreras de aprendizaje y participación que tiene el sistema educativo para llevar a cabo una enseñanza comprensiva y a la vez atenta a la diversidad de necesidades del alumnado. En este artículo Gerardo Echeita nos muestra varias alternativas para ir superando poco a poco aquellos baches que dificultan “la escuela para todos y con todos”.
¿Por qué es necesario un cambio cultural?
Para que el entorno que rodea a personas con alguna deficiencia, sea accesible para todos, mostrándose respetuosos ante su diferencia, y disminuyendo su discapacidad, para así tratarles como personas que pueden desempeñar una vida auto determinada y con calidad, , y sobre todo eliminar las barreras que tiene el sistema educativo para crear una enseñanza diversificada, superando una mirada esencialista para así adoptar una perspectiva social enriquecedora para todos.
¿Cómo podemos conseguir ese cambio hacia una educación para todos?
Llevando a cabo un Programa de Diversificación Curricular, introduciendo en ella una pedagogía de la complejidad, es decir, atender a la diversidad del alumnado en condiciones de igualdad y sin recurrir a la exclusión. Siendo capaces de hacer frente a las demandas de flexibilidad, innovación, apertura y cooperación para superar esa barrera cultural avanzando hacia un modelo intercultural.
Barreras que limitan la escuela para todos y con todos
En la escuela, multitud de alumnos pueden encontrar barreras o impedimentos en su adaptación al centro educativo que provoquen posteriores problemas en su formación.
A continuación vamos a desarrollar algunas de las barreras que el artículo trata.
Barrera:
1- Falta de integración y aceptación por parte de la sociedad: Se tiende a creer que el problema es individual cuando en realidad es social; la creencia de valorar esos casos como algo ajeno a nosotros, como un suceso aislado y particular, el cual no nos afecta (a no ser de que nos queramos involucrar en su tratamiento y estudio), dificulta en gran medida su integración. En general, la tendencia ante estos casos es la comparecencia, a causa en gran medida de la falta de costumbre y de tratamiento con los mismos puesto que suelen ser educados en centros especializados
2- Ausencia o insuficiencia de conocimientos y recursos didácticos, educativos y formativos. Escasa o falta de formación del profesorado y/o de especialistas en el centro.
3- Gran distancia entre el conocimiento disponible y la falta de esfuerzo. Como sucede en gran parte de los casos, hay un gran abismo entre la teoría y la práctica; es cierto que hay cantidad de estudios y de alternativas que se pueden aplicar pero que por falta de recursos, o multitud de causas, no se aplican.
4- La configuración organizativa burocrática de nuestros centros.
Cada vez más se demanda una atención a la diversidad, por lo que dichas organizaciones deberían ser adhocraticas, capaces de hacer frente a las demandas de flexibilidad, innovación, apertura y cooperación que requiere la pedagogía de la complejidad.
5- Insuficiencia temporal.
El tiempo, un elemento indispensable a la hora de valorar cualquier tipo de política educativa, dado que hay multitud de aspectos que se quieren tratar a lo largo del curso, es limitado para atender de un modo más personalizado y pausado (requiriendo toda la atención necesaria) a toda la diversa y compleja demanda.
6- Falta de organización de los profesores.
En los centros que optan por la inclusión de los alumnos de “educación especial”, sucede en gran parte de los casos que hay cierta descoordinación entre el ritmo y las actividades de clase y las que reciben estas personas en particular para el tratamiento de sus dificultades.
7- Actitud despreocupada que vive el mundo educativo hacia la dificultad, la incertidumbre y el riesgo.
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