lunes, 25 de abril de 2011

Índice de inclusión


ÍNDICE DE INCLUSIÓN


 
ÍNDICE DE INCLUSIÓN:


  

 DEFINICIONES:
A) El Índice es un conjunto de materiales diseñados para apoyar el proceso de desarrollo hacia escuelas inclusivas, teniendo en cuenta los puntos de vista del equipo docente, los miembros del Consejo Escolar, el alumnado2, las familias y otros miembros de la comunidad. Este material tiene por objetivo mejorar los logros educativos a través de prácticas inclusivas. Éste anima al equipo docente a compartir y construir nuevas propuestas educativas sobre la base de sus conocimientos previos acerca de aquello que limita o dificulta el aprendizaje y la participación en su escuela. También ayuda a realizar un análisis exhaustivo de las posibilidades para mejorar el aprendizaje y la participación de todo el alumnado en todos los ámbitos de la escuela. El índice de inclusión tiene varias dimensiones de trabajo y aplicación:
 
Crear culturas inclusivas: consiste en la creación de una sociedad escolar segura, acogedora, colaboradora y estimulante, en la que cada miembro de esta comunidad es respetado y valorado. Esto se consigue mediante la transmisión y desarrollo de unos valores inclusivos comunes para toda la comunidad. Mediante estos principios se guían todas las actividades de dicha comunidad, desde las políticas escolares, hasta las actividades cotidianas del centro, todo esto con el fin de apoyar el proceso de aprendizaje.
Elaborar políticas inclusivas: mediante este proceso se pretende asegurar que la inclusión sea el centro de desarrollo de la escuela, tomarla como apoyo para aumentar la eficacia de la escuela para dar respuesta a la diversidad de alumnos.
Desarrollar prácticas inclusivas: se refiere a que las actividades del centro reflejen las diferentes culturas y las políticas inclusivas de la escuela, hay que promover que todas las actividades del centro, tanto de aula como extraescolares, sean aptas para la participación de todo el alumnado, y que atiendan a los conocimientos que ya poseen los alumnos.
 
*Estas dimensiones son los pilares fundamentales para comenzar con el cambio hacia una escuela mejor organizada y apta para todos.
 La intención de los que han elaborado este índice es que éste facilite la creación de planes escolares que atiendan correctamente al alumnado con necesidades espaciales, así como el establecimiento de nuevas políticas escolares que fomentes la admisión y participación de todo el alumnado.
 
B)   La inclusión es un conjunto de procesos orientados a eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Está ligada a cualquier tipo de discriminación y exclusión, en el entendido de que hay muchos estudiantes que no tienen igualdad de oportunidades educativas ni reciben una educación adecuada a sus necesidades y características personales. Supone el compromiso de los centros educativos a realizar una serie de análisis críticos en las escuelas para ver como se podrían mejorar los procesos educativos, y así mejorar el aprendizaje y la participación de los alumnos. Estos son los principios fundamentales de una educación inclusiva:
 
·         La inclusión educativa es un proceso para aumentar la participación los estudiantes y evitar así su exclusión.
·         Implica una reestructuración de las culturas, políticas y practicas del centro para poder atender mejor a la diversidad del alumnado.
·         Implica la participación y el aprendizaje de todos los estudiantes.
La inclusión pretende el desarrollo de toda la comunidad educativa presente en ese centro.
Todos los estudiantes tienen derecho a una educación de calidad en su propia localidad.
La diversidad no se toma como un problema que hay que resolver, sino como un enriquecimiento que puede potenciar el aprendizaje de todo el alumnado.
Pretende el refuerzo mutuo entre los centros escolares y sus comunidades.
La inclusión escolar implica inclusión social.
 
-          Por otro lado, ha de considerarse el término apoyo, o “apoyo al aprendizaje” como “todas las actividades que aumentan la capacidad de una escuela para dar respuesta a la diversidad del alumnado”.
 
Para lograr este cometido es necesaria una revisión del actual lenguaje escolar, o incluso la creación de uno nuevo que sea capaz de atender a las necesidades de toda la comunidad educativa. La presencia de términos como “alumno con necesidades educativas especialesno es adecuado, ya que podría ser una nueva barrera para la inclusión en los centros educativos. Además, etiquetar a un alumno de esta manera, crea expectativas más bajas, es decir, no se espera de ellos lo mismo que de otros alumnos, y además crean la sensación en el docente de que estos alumnos han de ser educados por una serie de especialistas.
 
C)   La inclusión pretende minimizar dichas barreras, aumentando los recursos para apoyar este proceso. Estas barreras se pueden encontrar en diversos contextos como: dentro de los centros, en la comunidad del alumno, y en las políticas locales y nacionales. Estas barreras pueden impedir el acceso a determinados centro o limitar la participación de determinado tipo de alumnos dentro del propio centro.
 
D)  Este modelo que aquí se presenta, contrasta con el modelo médico, donde se considera que las dificultades en educación son producto de las deficiencias o limitaciones del individuo. De acuerdo con el modelo social, las barreras al aprendizaje surgen de la interacción entre los estudiantes y sus contextos; las personas, las políticas, las instituciones, las culturas, y las circunstancias sociales y económicas que afectan a sus vidas. Cabe distinguir entre:
 
Discapacidad: las barreras de participación de alumnos con deficiencias o enfermedades crónicas, estas discapacidades se crean mediante la interacción de actitudes, acciones, culturas, políticas y prácticas discriminatorias con las deficiencias o las enfermedades crónicas.
Deficiencia: es una limitación permanente de una función física, intelectual, o sensorial.
 
Las escuelas tienen muy complicado hacer frente y superar las deficiencias de algunos alumnos, pero si pueden hacer algo para reducir las discapacidades originadas por las barreras de acceso y participación en los centros educativos.
Este problema de la discapacidad está directamente relacionado con el del racismo, la homofobia, el sexismo, ya que todos tienen un origen común, que es la intolerancia hacia lo que es diferente. Este proceso será difícil de llevar a cabo pues a muchos profesores les costará replantearse sus propias creencias e ideologías.
 
2.     INDICADOR A.1.5: Existe relación entre el personal y las familias.
 
i.             ¿Se respetan mutuamente las familias y el personal de la escuela?
En general existe respeto mutuo por cordialidad y educación entre ambos. Sin embargo, en situaciones problemáticas, puede suceder que alguna de las partes implicadas  llegue a perder el respeto hacia la otra parte; el centro debido a la protección que  obtienen gracias a su autoridad, en muchas ocasiones impone su punto de vista sin valorar lo que las familias pueden pensar o sentir; En el caso contrario, las familias por proteger a sus hijos pueden perder los modales. En dichos casos, se intenta imponer el punto de vista que cada uno tiene, como si de una batalla se tratase, se intenta “salir victorioso”, sin pensar en llegar a un consenso.
 
ii.           ¿Las familias sienten que hay buena comunicación con el personal de la escuela?
Depende de las políticas llevadas a cabo por el centro, pero en su mayoría la información que ofrecen se limita a los acontecimientos importantes.
 
iii.          ¿Están todas las familias bien informadas sobre las políticas y las prácticas educativas?
En infantil y primaria hay una mayor comunicación principalmente para acontecimientos que impliquen directamente a los padres (excursiones, fiestas…), además de notas informativas sobre el comportamiento del alumno; sin embargo a pesar de que se mantenga esa comunicación, en la etapa de secundaria, disminuye notablemente.
 

iv.          ¿Las familias están al tanto de las prioridades del plan de desarrollo de la escuela?
No, hay nula o escasa información sobre los objetivos y planes de estudios que se llevan a cabo en el curso académico.
 
v.            ¿Se les da a todas las familias la oportunidad de involucrarse en la toma de decisiones sobre la escuela?
Sí, todas las familias tienen las mismas oportunidades para ser miembros del AMPA, pero una vez establecido ésta, hay desigualdad de oportunidades entre los integrantes y los que no lo son.
 
vi.          ¿Se tienen en consideración los miedos que algunas familias tienen a reunirse con los docentes, y se toman medidas para ayudarles a superarlo?
Por lo general, el trato que hay entre el profesorado y los familiares es cordial, pues no hay razón aparente para que no sea así; por ello no se suele valorar dichos miedos ya que suelen ser inusuales; no obstante, en los casos en los que estos miedos aparecen dados su singularidad, no suele haber ninguna medida, ni atención. Los docentes tienen la responsabilidad de transmitir a los familiares la evolución de sus alumnos; siendo esto el principal objetivo lo demás queda a expensas del profesor.
 
vii.        ¿Se ofrece a las familias una variedad de oportunidades para involucrarse en la escuela (desde apoyar en actividades puntuales, hasta ayudar en el aula)?
Normalmente, en las actividades extraordinarias su participación, sea directa o indirectamente, es más notable; sin embargo en las actividades más comunes, en las desempeñadas en el aula, el grado de participación es mínimo o nulo.
Por otro lado, los miembros del AMPA dada su implicación suelen participar en mayor medida tanto cuantitativa como cualitativamente.
 
viii.       ¿Se brinda una variedad de ocasiones, donde las familias puedan discutir sobre sus preocupaciones y el proceso de sus hijos e hijas?
En todos los centros se realizan reuniones cada curso o cada trimestre donde el profesorado explica brevemente lo que va a consistir el curso, para tomar un mínimo contacto con las familias. Por otro lado, además de las reuniones colectivas, luego existen algunas individualizadas a petición de alguna de las partes, ya sea de un modo informativo, o más específico causado por algún acontecimiento o aspecto relevante.
Todo puede mejorarse y es verdad que en una gran parte de los casos, hay una cierta falta de comunicación entre las partes, pero en esos casos son ellas quienes deberán comunicar ese malestar e intentar solucionarlo.
                                                                                                           
ix.          ¿Se aprecian de igual manera las distintas contribuciones que las familias pueden hacer a la escuela?
En un principio sí, no ha de por qué ser lo contrario. Uno de los principios básicos de la educación es la igualdad, por lo que del mismo modo sus familias serán tratadas. Siempre hay excepciones, sobre todo cuando hay un aliciente económico, pero no debería estar permitido pues eso influye, sin “tener culpa”, en el alumno y en el trato que él pueda recibir, ya sea positiva o negativamente.
  
x.            ¿El personal de la escuela valora el conocimiento que las familias tienen sobre sus hijos e hijas?
Siempre que éstas se impliquen positivamente, y se preocupen por el mejor funcionamiento posible de la escuela donde su hijo se encuentra, siempre debe ser positivo, creo que la preocupación e implicación de los familiares es fundamental y si esto se da, siempre debe valorarse positivamente.
Aunque en ocasiones, cuando este conocimiento e interés se debe por un malestar por parte de los familiares, cuando ya se pone en juicio la profesionalidad del especialista, puede que no sea tan positiva, pero esto depende cada caso específicamente, por lo que realizando un balance general se puede deducir que sí.
 
xi.          ¿El personal de la escuela motiva a las familias para que se involucren en el aprendizaje de sus hijos o hijas?
En general no hay gran interés en las mismas. Depende del centro en el que se trabaje, pero la comunicación que se suele realizar es más bien informativa, por lo que difícilmente se realice esta motivación. Se sobreentiende que las familias se van a implicar en ello (ayudando a hacer los deberes…), pero no hay nada que se dedique a esto específicamente.
 
xii.         ¿Las familias tienen claro lo que pueden hacer para apoyar el aprendizaje de sus hijos o hijas en casa?
No, en absoluto. Los conocimientos que tienen las familias del modo de educar no es más que el que por tradición, sentido común… han obtenido, a no ser de que sea un especialista en este campo. Por lo general, aunque siempre hay excepciones, no se imparten ninguna clase de formación sobre el mejor modo de ayudar a los hijos/as en su aprendizaje.
 
 

 
xiii.       ¿Todas las familias sienten que sus hijos o hijas son valorados en la escuela?
Esto depende sobre todo de la escuela y del alumno en particular, pero suele haber un descontento generalizado sobre la falta de atención y valoración de los alumnos.
Cuando los alumnos tienen un desarrollo “normal”, es decir, sin ninguna clase de singularidad, probablemente los familiares estén más satisfechos con la escuela, a no ser de que ésta actúe de un modo inadmisible; sin embargo cuando hay esta clase de situaciones, la mayor parte de las escuelas, sobre todo en los centros públicos, no tienen las herramientas adecuadas para tratarlo.
 
xiv.       ¿Todas las familias sienten que sus preocupaciones se toman en serio en la escuela?
No, y aquí sí que el descontento aumenta.
El discurso de cualquier personal del centro, dada la autoridad que le es concebida, suele prevalecer ante el de cualquier familiar, por lo que en muchas ocasiones les hacen sentir desvalorados e incluso humillados, pues no hay mayor frustración que la de no ser escuchado, ni respetado.

 
Las familias constituyen un pilar fundamental para el buen funcionamiento de los centros, por ello la comunicación que tiene que existir una buena comunicación entre ambas partes.
Como se ha ido observando, hay cantidad de elementos que no se tienen en cuenta y son fundamentales para que se pueda llevar a cabo dicha comunicación.
Por parte de los centros educativos, podemos observar que hay a causa de su naturaleza cierta prepotencia frente a las quejas y insatisfacciones de los padres, puesto que se ponen en juego variables como son la personalidad del docente o la protección profesional (entre los componentes del equipo docente…), que hacen que dichas reivindicaciones no van más allá de casos particulares; ahí se encuentra gran parte de las satisfacciones. Por otro lado, los centros suelen presentar ciertas limitaciones en comunicar y expresar aquellas prácticas que se realizan en el aula; la presencia de los familiares suele ser en ocasiones puntuales, lo que dificulta en gran medida la involucración de las familias en las prácticas educativas.
Por parte de las familias, hay cierta dejadez y falta de interés en el desarrollo diario de sus hijos/as. Las nuevas formas de vida, implican una mayor dedicación al trabajo que la propia familia; esa falta de tiempo repercute negativamente en su desarrollo; lo que en ocasiones se intenta compensar con “la culpa del profesor” cuando en realidad es la falta de dedicación de los padres.
 
En la actualidad, dados los problemas que han surgido, se intenta desde los centros educativos, que los familiares estén informados de aquello que se va realizando en la escuela y de los objetivos de los mismos. Además de las actividades que se enfocan para que estos puedan participar de un modo directo en aprendizaje de sus hijos/as.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario