viernes, 29 de abril de 2011

¡Por la igualdad de condiciones!

El índice de inclusión es un conjunto de materiales creados con el objetivo de apoyar a las escuelas en su proceso de desarrollo hacia una escuela inclusiva.
El objetivo es construir comunidades escolares colaborativas que promuevan altos niveles de logro en todos los estudiantes.

Estas son las razones por las que se considera que el índice de inclusión es una guía efectiva que ayuda a los centros educativos a iniciar el cambio hacia una mejora escolar, además de tener la posibilidad de convertirse en escuelas inclusivas.

A la hora de trabajar en clase este índice, lo hemos llevado a cabo de diferentes formas.
Para introducirnos en el tema de la exclusión en las escuelas, leímos un artículo publicado por REICE , en el 2004, de Gerardo Echeita Sarrimandia.
En el artículo se realiza una revisión sobre factores y condiciones que dificultan el progreso hacia una educación de calidad para todos y sin exclusiones. Dicha meta se identifica con los valores y las prácticas que se aglutinan alrededor del concepto de educación inclusiva. Entre los factores que se consideran están la visión esencialista de las dificultades para aprender, así como los principales elementos que configuran la "gramática escolar" institucionalizada. Para superar estas barreras, se da cuenta de instrumentos que pueden facilitar a los centros su trabajo de indagación crítica sobre sus propias condiciones escolares, como es el llamado Index for Inclusión, así como de algunos de los conocimientos disponibles sobre los procesos de cambio y mejora escolar. El análisis concluye con la consideración de la importancia que tienen los aspectos relativos a la cultura escolar y a los valores sociales sobre la diversidad del alumnado, en el proceso de avance hacia una educación en la que todos los alumnos y alumnas pudieran aprender, participar y sentirse miembros de una comunidad que los acoge, valora y respeta.
Además para profundizar aún más sobre estos aspectos, posteriormente realizamos la lectura del Indez for Inclusión a través de una metodología que es digna de destacar, ya que para realizar el trabajo se hizo a través de un aprendizaje cooperativo, es decir, todos los miembros del equipo colaboramos en la planificación y realización de las actividades, aceptando las normas que se establecían y llevando a cabo los objetivos y e intereses propuestos con anterioridad.

Gracias a estas actividades hemos podido ser conscientes de las barreras que existen en el sistema educativo y sobre todo de la necesidad de realizar un cambio.
Es importante que las escuelas sean conscientes de esta problemática y que utilicen en el centro el índice de inclusión como guía para evaluar su propia situación respecto a las barreras que impidan o dificulten la participación y el aprendizaje de determinados alumnos, y sean capaces de poner en marcha planes de mejora para avanzar hacia una educación más inclusiva.

Hoy en día, con el fenómeno de la globalización y los cambios sociales subyacentes, se hace necesaria una escuela para todos en una escuela de inclusión. Como podemos observar desde nuestra realidad más cercana, la escuela no es socioculturalmente uniforme y necesita dar respuesta a esta clara diversidad. Así, esta respuesta, debe procurar una educación integral y de calidad para todos los alumnos para que estos puedan desarrollar su potencial como personas.

Para que realmente una escuela sea inclusiva tendrá que desarrollar y tener las siguientes características:
Las clases se habrán de organizan de forma heterogénea, estimular e impulsar a alumnos y maestros para que se apoyen mutuamente, partiendo del principio que todos los niños pertenecen al grupo, valorando la diversidad y respetando los derechos de cada miembro.
Se deberá prestar apoyo y asistencia a los alumnos para ayudarles a conseguir los objetivos curriculares adecuados. Cuando haga falta y con el fin de satisfacer sus necesidades, el currículo de la enseñanza general se amplía o adapta o ambas cosas. Si el menor necesitara de herramientas o técnicas especializadas para desenvolverse, se le proporcionaran en el aula regular y no en un medio diferente.
Promover tanto en los alumnos como en los maestros la cooperación y colaboración entre compañeros. Es claro que el maestro se convierte en promotor de aprendizaje y de apoyo, en vez de mantener el control total y asumir la responsabilidad de todo lo que sucede en clase, delega la responsabilidad del aprendizaje o del apoyo mutuo en los miembros del grupo.
Para lograr tal éxito es imprescindible la creatividad y la apertura de mente de los miembros de la escuela, así como una flexibilidad que dé pie a la aceptación, cambio y disposición necesaria para ser la “escuela inclusiva ideal”.

En la medida que las personas aceptemos las diferencias y aprendamos a vivir y a nutrirnos con ellas enriqueciéndonos, se conseguirán avances en todos los niveles sociales, económicos y políticos.

martes, 26 de abril de 2011

La inclusión es un asunto de todos

A lo largo de esta semana, en la asignatura de organización de las instituciones, hemos estado tratado el Índice de Inclusión, documento con un conjunto de materiales que nos acercan a una escuela donde la exclusión es cosa del ayer, siendo una escuela totalmente inclusiva donde las barreras para la inclusión han dejado de existir.

Durante todo este tiempo, he aprendido que además de las barreras que pensamos que existen en una escuela a la hora de formar parte de ella, no somos consientes de los impedimentos que muchas personas sufren a la hora de internar introducirse en el mundo educativo.

Al principio empezamos abordando este tema con un artículo sobre un niño con síndrome de Down, llamado Pablo, el cual tuvo que ser cambiado de colegio e ir a otro distinto que el de su hermano, debido a que este colegio no estaba adaptado para niños con las necesidades de Pablo.
Me cuesta mucho aceptar, estando en el siglo en el que estamos, que muchos colegios no estén adaptados a este tipo de necesidades, dejando fuera a niños con la simple escusa de que necesitan alguna ayuda más que los demás, siendo excluidos y apartados por tanto de la vida normal de cualquier niño o adolescente.
Este problema aun se ve más agravado debido a la ignorancia de la mayor parte de la población, pues como el problema no les repercute, pues no son su hijos o sus familiares lo que ven limitados sus derechos. Esta parte de la población no está enterada de las tremendas injusticias que muchas veces ocurren en el sistema educativo con las personas a las que muchos llaman “diferentes”, por únicamente necesitar alguna ayuda más que cualquier niño.
Con estas diferencias no hemos de pensar solo en diferencias físicas o psíquicas, sino también culturales, pues muchas personas pertenecientes a otras culturas son excluidas por el simple hecho de no haber nacido en el mismo país que los demás, por no creer en el mismo dios o religión o por no seguir las mismas tradiciones que el resto, olvidando que, a pesar de estas pequeñas diferencias, no dejan de ser personas normales como las demás y que por lo tanto han de poder tener y disfrutar de los mismos derechos que cualquier ciudadano.

Debido a esta problemática, a nacido el Índice de Inclusión, el cual es un documento que propone mejoras encaminadas hacia una vida educativa en la que la exclusión no esté presente y cualquier niño tenga los mismos derechos y facilidades de acceder y llevar una educación de una forma normal en cualquier centro.
Este documento, no hace cambios en el sistema educativo de un centro, ya que estos cambios han de ser hecho por los propios miembros del centro, por los alumnos y por las familias de éstos, si no que propone una serie de mejoras a través de un conjunto de premisas que hacen que la sociedad en general recapacite y piense en que la llave a la inclusión de los alumnos excluidos no está en otras manos más que en las nuestras, dejando por lo tanto de considerar que es un problema ajeno a nosotros por el hecho de no sufrirlo actualmente.

Además de estas premisas anteriormente dichas, este Índice está formado por una serie de cuestionarios que pueden ser utilizados para recoger información de todos los miembros de la comunidad educativa (profesores, empleados del centro educativo, alumnos, familiares, amigos) sobre los distintos temas que abordan (cultura inclusiva, política inclusiva y practica inclusiva) o para servir de referencia para tratar cualquier otro tipo de tema que influya en el desarrollo normal de una escuela inclusiva.
En mi opinión, este tipo de cuestionario es necesario para alcanzar el objetivo que hemos estado proponiendo, pues hace falta que todo el mundo que se ve envuelto en el entorno educativo (no solo profesores y alumnos) den su opinión sobre los distintos temas que impiden alcanzar este objetivo, pues sin la opinión de todas, al fin y al cabo, siempre estaremos dejando una parcela exclusida en este intento de cambio.

En nuestro caso, durante estos días hemos decidido abordar el cuestionario de la relación entre el centro escolar y la familia.
La decisión de tomar este cuestionario como base de trabajo de nuestro estudio ha sido la necesidad que vemos en la relación de la familia y el centro educativo, ya que el alumno pasa con ambos la mayor parte de su aprendizaje y éstos han de unirse para guiar de la mejor manera al alumno en su trayectoria educativa.
Esto desde el un punto de vista superficial parece fácil, pero en la mayoría de los casos el contacto y la relación entre el centro y la familia es escasa, pues la comunicación entre ambos se produce en muy pocas ocasiones y tanto los familiares como el centro educativo no es informado de la vida que lleva el alumno tanto dentro del centro como fuera de este respectivamente, por lo que la posible ayuda extra que podían prestas ambos al niño con una colaboración mutua entre ambos es sesgada por el simple hecho de la falta de comunicación entre los dos.

Podemos decir, por lo tanto, que este documento, mas allá de proponer unas mejoras para llevar a cabo una escuela totalmente inclusiva es una llamada de atención para que todo el mundo entienda, pese a su sentimiento de no sentirse afectado ante estos tipos de problemas, que este cambio a de llevarse también a un nivel social, pues la escuela forma parte de la sociedad y esta ha de dar ejemplo de inclusión, pues en una sociedad no existe la homogeneidad pero si la igualdad, y pese a que todo el mundo no seamos iguales, si tenemos los mismo derechos entre nosotros, tenemos el mismo derecho de igualdad.



lunes, 25 de abril de 2011

Índice de inclusión


ÍNDICE DE INCLUSIÓN


 
ÍNDICE DE INCLUSIÓN:


  

 DEFINICIONES:
A) El Índice es un conjunto de materiales diseñados para apoyar el proceso de desarrollo hacia escuelas inclusivas, teniendo en cuenta los puntos de vista del equipo docente, los miembros del Consejo Escolar, el alumnado2, las familias y otros miembros de la comunidad. Este material tiene por objetivo mejorar los logros educativos a través de prácticas inclusivas. Éste anima al equipo docente a compartir y construir nuevas propuestas educativas sobre la base de sus conocimientos previos acerca de aquello que limita o dificulta el aprendizaje y la participación en su escuela. También ayuda a realizar un análisis exhaustivo de las posibilidades para mejorar el aprendizaje y la participación de todo el alumnado en todos los ámbitos de la escuela. El índice de inclusión tiene varias dimensiones de trabajo y aplicación:
 
Crear culturas inclusivas: consiste en la creación de una sociedad escolar segura, acogedora, colaboradora y estimulante, en la que cada miembro de esta comunidad es respetado y valorado. Esto se consigue mediante la transmisión y desarrollo de unos valores inclusivos comunes para toda la comunidad. Mediante estos principios se guían todas las actividades de dicha comunidad, desde las políticas escolares, hasta las actividades cotidianas del centro, todo esto con el fin de apoyar el proceso de aprendizaje.
Elaborar políticas inclusivas: mediante este proceso se pretende asegurar que la inclusión sea el centro de desarrollo de la escuela, tomarla como apoyo para aumentar la eficacia de la escuela para dar respuesta a la diversidad de alumnos.
Desarrollar prácticas inclusivas: se refiere a que las actividades del centro reflejen las diferentes culturas y las políticas inclusivas de la escuela, hay que promover que todas las actividades del centro, tanto de aula como extraescolares, sean aptas para la participación de todo el alumnado, y que atiendan a los conocimientos que ya poseen los alumnos.
 
*Estas dimensiones son los pilares fundamentales para comenzar con el cambio hacia una escuela mejor organizada y apta para todos.
 La intención de los que han elaborado este índice es que éste facilite la creación de planes escolares que atiendan correctamente al alumnado con necesidades espaciales, así como el establecimiento de nuevas políticas escolares que fomentes la admisión y participación de todo el alumnado.
 
B)   La inclusión es un conjunto de procesos orientados a eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Está ligada a cualquier tipo de discriminación y exclusión, en el entendido de que hay muchos estudiantes que no tienen igualdad de oportunidades educativas ni reciben una educación adecuada a sus necesidades y características personales. Supone el compromiso de los centros educativos a realizar una serie de análisis críticos en las escuelas para ver como se podrían mejorar los procesos educativos, y así mejorar el aprendizaje y la participación de los alumnos. Estos son los principios fundamentales de una educación inclusiva:
 
·         La inclusión educativa es un proceso para aumentar la participación los estudiantes y evitar así su exclusión.
·         Implica una reestructuración de las culturas, políticas y practicas del centro para poder atender mejor a la diversidad del alumnado.
·         Implica la participación y el aprendizaje de todos los estudiantes.
La inclusión pretende el desarrollo de toda la comunidad educativa presente en ese centro.
Todos los estudiantes tienen derecho a una educación de calidad en su propia localidad.
La diversidad no se toma como un problema que hay que resolver, sino como un enriquecimiento que puede potenciar el aprendizaje de todo el alumnado.
Pretende el refuerzo mutuo entre los centros escolares y sus comunidades.
La inclusión escolar implica inclusión social.
 
-          Por otro lado, ha de considerarse el término apoyo, o “apoyo al aprendizaje” como “todas las actividades que aumentan la capacidad de una escuela para dar respuesta a la diversidad del alumnado”.
 
Para lograr este cometido es necesaria una revisión del actual lenguaje escolar, o incluso la creación de uno nuevo que sea capaz de atender a las necesidades de toda la comunidad educativa. La presencia de términos como “alumno con necesidades educativas especialesno es adecuado, ya que podría ser una nueva barrera para la inclusión en los centros educativos. Además, etiquetar a un alumno de esta manera, crea expectativas más bajas, es decir, no se espera de ellos lo mismo que de otros alumnos, y además crean la sensación en el docente de que estos alumnos han de ser educados por una serie de especialistas.
 
C)   La inclusión pretende minimizar dichas barreras, aumentando los recursos para apoyar este proceso. Estas barreras se pueden encontrar en diversos contextos como: dentro de los centros, en la comunidad del alumno, y en las políticas locales y nacionales. Estas barreras pueden impedir el acceso a determinados centro o limitar la participación de determinado tipo de alumnos dentro del propio centro.
 
D)  Este modelo que aquí se presenta, contrasta con el modelo médico, donde se considera que las dificultades en educación son producto de las deficiencias o limitaciones del individuo. De acuerdo con el modelo social, las barreras al aprendizaje surgen de la interacción entre los estudiantes y sus contextos; las personas, las políticas, las instituciones, las culturas, y las circunstancias sociales y económicas que afectan a sus vidas. Cabe distinguir entre:
 
Discapacidad: las barreras de participación de alumnos con deficiencias o enfermedades crónicas, estas discapacidades se crean mediante la interacción de actitudes, acciones, culturas, políticas y prácticas discriminatorias con las deficiencias o las enfermedades crónicas.
Deficiencia: es una limitación permanente de una función física, intelectual, o sensorial.
 
Las escuelas tienen muy complicado hacer frente y superar las deficiencias de algunos alumnos, pero si pueden hacer algo para reducir las discapacidades originadas por las barreras de acceso y participación en los centros educativos.
Este problema de la discapacidad está directamente relacionado con el del racismo, la homofobia, el sexismo, ya que todos tienen un origen común, que es la intolerancia hacia lo que es diferente. Este proceso será difícil de llevar a cabo pues a muchos profesores les costará replantearse sus propias creencias e ideologías.
 
2.     INDICADOR A.1.5: Existe relación entre el personal y las familias.
 
i.             ¿Se respetan mutuamente las familias y el personal de la escuela?
En general existe respeto mutuo por cordialidad y educación entre ambos. Sin embargo, en situaciones problemáticas, puede suceder que alguna de las partes implicadas  llegue a perder el respeto hacia la otra parte; el centro debido a la protección que  obtienen gracias a su autoridad, en muchas ocasiones impone su punto de vista sin valorar lo que las familias pueden pensar o sentir; En el caso contrario, las familias por proteger a sus hijos pueden perder los modales. En dichos casos, se intenta imponer el punto de vista que cada uno tiene, como si de una batalla se tratase, se intenta “salir victorioso”, sin pensar en llegar a un consenso.
 
ii.           ¿Las familias sienten que hay buena comunicación con el personal de la escuela?
Depende de las políticas llevadas a cabo por el centro, pero en su mayoría la información que ofrecen se limita a los acontecimientos importantes.
 
iii.          ¿Están todas las familias bien informadas sobre las políticas y las prácticas educativas?
En infantil y primaria hay una mayor comunicación principalmente para acontecimientos que impliquen directamente a los padres (excursiones, fiestas…), además de notas informativas sobre el comportamiento del alumno; sin embargo a pesar de que se mantenga esa comunicación, en la etapa de secundaria, disminuye notablemente.
 

iv.          ¿Las familias están al tanto de las prioridades del plan de desarrollo de la escuela?
No, hay nula o escasa información sobre los objetivos y planes de estudios que se llevan a cabo en el curso académico.
 
v.            ¿Se les da a todas las familias la oportunidad de involucrarse en la toma de decisiones sobre la escuela?
Sí, todas las familias tienen las mismas oportunidades para ser miembros del AMPA, pero una vez establecido ésta, hay desigualdad de oportunidades entre los integrantes y los que no lo son.
 
vi.          ¿Se tienen en consideración los miedos que algunas familias tienen a reunirse con los docentes, y se toman medidas para ayudarles a superarlo?
Por lo general, el trato que hay entre el profesorado y los familiares es cordial, pues no hay razón aparente para que no sea así; por ello no se suele valorar dichos miedos ya que suelen ser inusuales; no obstante, en los casos en los que estos miedos aparecen dados su singularidad, no suele haber ninguna medida, ni atención. Los docentes tienen la responsabilidad de transmitir a los familiares la evolución de sus alumnos; siendo esto el principal objetivo lo demás queda a expensas del profesor.
 
vii.        ¿Se ofrece a las familias una variedad de oportunidades para involucrarse en la escuela (desde apoyar en actividades puntuales, hasta ayudar en el aula)?
Normalmente, en las actividades extraordinarias su participación, sea directa o indirectamente, es más notable; sin embargo en las actividades más comunes, en las desempeñadas en el aula, el grado de participación es mínimo o nulo.
Por otro lado, los miembros del AMPA dada su implicación suelen participar en mayor medida tanto cuantitativa como cualitativamente.
 
viii.       ¿Se brinda una variedad de ocasiones, donde las familias puedan discutir sobre sus preocupaciones y el proceso de sus hijos e hijas?
En todos los centros se realizan reuniones cada curso o cada trimestre donde el profesorado explica brevemente lo que va a consistir el curso, para tomar un mínimo contacto con las familias. Por otro lado, además de las reuniones colectivas, luego existen algunas individualizadas a petición de alguna de las partes, ya sea de un modo informativo, o más específico causado por algún acontecimiento o aspecto relevante.
Todo puede mejorarse y es verdad que en una gran parte de los casos, hay una cierta falta de comunicación entre las partes, pero en esos casos son ellas quienes deberán comunicar ese malestar e intentar solucionarlo.
                                                                                                           
ix.          ¿Se aprecian de igual manera las distintas contribuciones que las familias pueden hacer a la escuela?
En un principio sí, no ha de por qué ser lo contrario. Uno de los principios básicos de la educación es la igualdad, por lo que del mismo modo sus familias serán tratadas. Siempre hay excepciones, sobre todo cuando hay un aliciente económico, pero no debería estar permitido pues eso influye, sin “tener culpa”, en el alumno y en el trato que él pueda recibir, ya sea positiva o negativamente.
  
x.            ¿El personal de la escuela valora el conocimiento que las familias tienen sobre sus hijos e hijas?
Siempre que éstas se impliquen positivamente, y se preocupen por el mejor funcionamiento posible de la escuela donde su hijo se encuentra, siempre debe ser positivo, creo que la preocupación e implicación de los familiares es fundamental y si esto se da, siempre debe valorarse positivamente.
Aunque en ocasiones, cuando este conocimiento e interés se debe por un malestar por parte de los familiares, cuando ya se pone en juicio la profesionalidad del especialista, puede que no sea tan positiva, pero esto depende cada caso específicamente, por lo que realizando un balance general se puede deducir que sí.
 
xi.          ¿El personal de la escuela motiva a las familias para que se involucren en el aprendizaje de sus hijos o hijas?
En general no hay gran interés en las mismas. Depende del centro en el que se trabaje, pero la comunicación que se suele realizar es más bien informativa, por lo que difícilmente se realice esta motivación. Se sobreentiende que las familias se van a implicar en ello (ayudando a hacer los deberes…), pero no hay nada que se dedique a esto específicamente.
 
xii.         ¿Las familias tienen claro lo que pueden hacer para apoyar el aprendizaje de sus hijos o hijas en casa?
No, en absoluto. Los conocimientos que tienen las familias del modo de educar no es más que el que por tradición, sentido común… han obtenido, a no ser de que sea un especialista en este campo. Por lo general, aunque siempre hay excepciones, no se imparten ninguna clase de formación sobre el mejor modo de ayudar a los hijos/as en su aprendizaje.
 
 

 
xiii.       ¿Todas las familias sienten que sus hijos o hijas son valorados en la escuela?
Esto depende sobre todo de la escuela y del alumno en particular, pero suele haber un descontento generalizado sobre la falta de atención y valoración de los alumnos.
Cuando los alumnos tienen un desarrollo “normal”, es decir, sin ninguna clase de singularidad, probablemente los familiares estén más satisfechos con la escuela, a no ser de que ésta actúe de un modo inadmisible; sin embargo cuando hay esta clase de situaciones, la mayor parte de las escuelas, sobre todo en los centros públicos, no tienen las herramientas adecuadas para tratarlo.
 
xiv.       ¿Todas las familias sienten que sus preocupaciones se toman en serio en la escuela?
No, y aquí sí que el descontento aumenta.
El discurso de cualquier personal del centro, dada la autoridad que le es concebida, suele prevalecer ante el de cualquier familiar, por lo que en muchas ocasiones les hacen sentir desvalorados e incluso humillados, pues no hay mayor frustración que la de no ser escuchado, ni respetado.

 
Las familias constituyen un pilar fundamental para el buen funcionamiento de los centros, por ello la comunicación que tiene que existir una buena comunicación entre ambas partes.
Como se ha ido observando, hay cantidad de elementos que no se tienen en cuenta y son fundamentales para que se pueda llevar a cabo dicha comunicación.
Por parte de los centros educativos, podemos observar que hay a causa de su naturaleza cierta prepotencia frente a las quejas y insatisfacciones de los padres, puesto que se ponen en juego variables como son la personalidad del docente o la protección profesional (entre los componentes del equipo docente…), que hacen que dichas reivindicaciones no van más allá de casos particulares; ahí se encuentra gran parte de las satisfacciones. Por otro lado, los centros suelen presentar ciertas limitaciones en comunicar y expresar aquellas prácticas que se realizan en el aula; la presencia de los familiares suele ser en ocasiones puntuales, lo que dificulta en gran medida la involucración de las familias en las prácticas educativas.
Por parte de las familias, hay cierta dejadez y falta de interés en el desarrollo diario de sus hijos/as. Las nuevas formas de vida, implican una mayor dedicación al trabajo que la propia familia; esa falta de tiempo repercute negativamente en su desarrollo; lo que en ocasiones se intenta compensar con “la culpa del profesor” cuando en realidad es la falta de dedicación de los padres.
 
En la actualidad, dados los problemas que han surgido, se intenta desde los centros educativos, que los familiares estén informados de aquello que se va realizando en la escuela y de los objetivos de los mismos. Además de las actividades que se enfocan para que estos puedan participar de un modo directo en aprendizaje de sus hijos/as.